Mi historia en Foundever comenzó hace 13 años, no tenía aún 30 años y venía del mundo de los emprendedores. Por diferentes motivos, cambié mi rumbo y conocí a Foundever. Empecé como teleopradora en un servicio de soporte técnico.
Tras 3 semanas de formación, llegó mi primer cliente, estaba tan nerviosa que me levanté decidida a irme. Sin embargo, mi formador me vió y se acercó, me ayudó a terminar la llamada con mi cliente y me llevó a tomarme un café :). En ese momento supe que mi relación con Foundever iba a durar mucho tiempo. Tras muchas posiciones, movimientos y cambios me encuentro en el mejor sitio en el que puedo estar: el mundo de la formación. Significa, para mí, aprender cada día, conocer muchas personas, ayudarlas y poder usar toda tu creatividad. ¿Qué hay mejor que todo esto? Pues seguir así muchos años más :).
Con este proyecto de Max, siento que podemos seguir cambiando las cosas para poder ayudar más a nuestros empleados.
Gracias!
Carmen C.